La irrelevancia de los estilos de aprendizaje

Estoy convencido de la irrelevancia de los estilos de aprendizaje a la hora de diseñar elearning. En las revisiones de un diseño que está ya tomando forma, no hay nada que me haga temer más por la integridad del proyecto que un compañero apuntando con preocupación al hecho de que “no estamos poniendo nada kinestético”, o alguna apreciación similar relativa a los estilos.

El efecto Forer

Se presenta a cada participante una lista personalizada de preferencias personales. Se les pide que indiquen, en una escala de 1 a 5, en qué grado coincide esa preferencia con su personalidad. Los resultados indican una clara concordancia con una buena parte de la lista personalizada. Pero ocurre que la lista no es personalizada: todos recibieron la misma.

El principio de afinidad nos fuerza a tomar bandos y atribuirnos propiedades

El principio de afinidad, bien descrito por Cialdini, tiene el potencial de cambiar nuestra “forma de vida”.

Existe una tendencia bien documentada a identificarse con parámetros y pautas. El horóscopo es un ejemplo perfecto. Del mismo modo, es muy sencillo “encasillarse” en un estilo de aprendizaje simplemente por el hecho de haberlos conocido, y muy posiblemente, haber hecho algún tipo de “test” que no hace sino reafirmar el convencimiento personal de que la preferencia descrita se exhibe habitualmente como parte de nuestra personalidad.

¿Somos los profesionales de formación y desarrollo los primeros en caer en esta “encasillamiento”, y por extensión someter a nuestra audiencia al mismo proceso? Me temo que todos somos susceptibles de caer en esta falacia.

La teoría es discutible

No voy a rebatir aquí la validez de los estudios realizados hasta el momento sobre estilos de aprendizaje porque ya hay quien lo hace con mucho acierto, también en el campo de la formación corporativa. Prefiero, como hace Cathy Moore, preguntar qué utilidad práctica nos brindan estos estilos: de acuerdo, puede que existan ciertos estilos… ¿y qué? ¿Existen ejemplos de soluciones elearning en los que un diseño especialmente adaptado a un estilo de aprendizaje haya dado resultados superiores a los que se obtendrían sin realizar esas concesiones? Me gustaría verlos y añadirlos a este blog.

“Pero yo soy muy visual”

Los niños no tienen "estilos": aprenden indiscriminadamente. Foto: Outdoor Classrooms blog.

Los niños no tienen “estilos”: aprenden indiscriminadamente. (Foto: Outdoor Classrooms blog)

¿Muy visual? De acuerdo. Pero nuestro cerebro no cierra puertas. Durante nuestra infancia aprendemos de muchas formas. Somos una especie incapaz de sobrevivir sin aprender, y lo hacemos de forma innata, versátil, improvisada o planificada, consciente e inconsciente, y recurriendo a todos los medios que tenemos a nuestro alcance: mirando, saboreando, oyendo, tocando, haciendo, vicariamente, equivocándose y más adelante escuchando y después leyendo. Aprendemos a través de todos estos canales continuamente, y nuestro cerebro no dispone de “grifos” que cierren una u otra forma de suministro: aprendemos de todas estas formas.

Por tanto, afirmar que una persona acostumbrada a la lectura “no va a aprender nada” con un vídeo o ejercicio práctico (o que va a aprender menos) es, en mi opinión, un insulto a esa persona. Es como afirmar que un vegetariano no puede digerir un filete (vaya esta frase con todo el respeto del cuasi-vegetariano que suscribe).

Colegio y universidad: los anti-estilos

Las pruebas de que todos podemos aprender incluso en las condiciones más adversas son, tristemente, el colegio y la universidad. Son estos lugares especialistas en suprimir muchas de nuestras vías de expresión, comunicación y potencial inquisitivo, al mismo tiempo que nos someten a una restringida dieta sensorial basada en el monólogo y el texto.

Aquí está mi monólogo, delante de esta pizarra. Que nadie hable mientras yo hablo. Ahora, aprended.

Aquí está mi monólogo, delante de esta pizarra. Que nadie contraste opiniones mientras yo hablo. Que nadie baraje hipótesis. Usaremos este libro, que he escrito yo. Ahora, aprended. (Foto: Malate269).

Es aquí donde adquirimos la vergüenza al dibujar, hasta perder el interés por el dibujo y el boceto. Es aquí donde dejamos de actuar, de experimentar, de formular hipótesis. Es aquí donde aprendemos a callar y levantar la mano antes de preguntar. Es aquí donde aprendemos que hay preguntas tontas, y que el experimento fallido no es válido ni sirve para aprender. Es aquí donde se va por el libro. Es un clima increíblemente restrictivo para el aprendizaje.

Pero a pesar de todo, prácticamente todos salimos airosos de la prueba; prueba que es, para cualquiera que crea en los estilos, una de las privaciones estilísticas más prolongadas y estrictas de nuestras vidas. Las estadísticas de fracaso escolar y abandono apuntan a factores familiares y socioeconómicos, por supuesto. Una vez más, sugerir la más mínima incapacidad escolar del individuo basándose en unos supuestos estilos sería un insulto personal y directo contra los alumnos.

¿Estoy defendiendo los modelos escolares y universitarios actuales? No, estoy diciendo que aprendemos sin problemas en ellos a pesar de su escaso cromatismo estilístico.

El elearning como solución, no como terapia

Rechazo la noción de los estilos y su aplicación en el diseño como medida para "optimizar" el aprendizaje; dichas medidas son una acusación implícita de incapacidad. Todos tenemos capacidad innata para aprender. (Foto: 'lil pick-me-up blog)

Rechazo la noción de los estilos y su aplicación en el diseño como medida para “optimizar” el aprendizaje; dichas medidas son una acusación implícita de incapacidad o capacidad limitada. (Foto: ‘lil pick-me-up blog)

Cuando me planteo el diseño de una solución elearning, no hay cabida para estilos de aprendizaje. Hacer este tipo de concesión sería similar a que una empresa ofreciera dos horarios de trabajo, uno para los que son madrugadores, y otro para los que no lo son. El elearning es una solución a un problema específico, que nunca es la capacidad de aprendizaje de su audiencia. El diseño de la solución debe:

  • Resolver el problema. Probablemente en conjunción con otras intervenciones de naturaleza no formativa (tema para otro post)
  • Resolverlo de forma efectiva. Además de las intervenciones mencionadas, aquí entran en juego variables como la motivación y lograr que la experiencia usando la solución de elearning sea amena. (La formación como experiencia es también tema para otro post en español)

Entre los factores que influyen en el diseño de la solución, incluiría:

  • Contexto y cultura de la empresa
  • La estrategia de talento ya presente en la empresa (¡o su ausencia!)
  • Tecnología y medios disponibles
  • Calendario de actuación y esperanza de vida de la solución

Con la notable ausencia, por supuesto, de los estilos de aprendizaje.

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